Durante el mes de junio, el dato del IPC en España se situó en el 1,9 por ciento de variación anual, lo que supone que por primera vez en dos años se sitúa por debajo del 2 por ciento. Este dato es uno de los mejores que hay a nivel europeo.
IPC es el acrónimo de Índice de Precios al Consumo, un instrumento estadístico que mide la variación en el precio promedio de los bienes y servicios que consume la población en un período determinado. En España, este índice es elaborado y publicado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con el objetivo de reflejar la evolución de los precios de la economía y facilitar la toma de decisiones de empresas, gobiernos y consumidores.
El IPC español se utiliza para calcular la inflación, que es un indicador económico fundamental para medir el aumento de los precios y su impacto en el poder adquisitivo de los ciudadanos. El índice se obtiene a partir de una muestra representativa de bienes y servicios, que se actualiza periódicamente para adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo de la población.
En resumen, el IPC es una herramienta clave para entender la situación económica de España y tomar decisiones informadas en el ámbito financiero y comercial.